En la vida, cuando nos enfrentamos a una mala situación, en realidad hay dos resultados.
El primer resultado es obviamente negativo ya que es una mala situación y podemos sentirnos angustiados o afectados emocionalmente por ella. Este es un resultado fijado por el destino: estar en el momento equivocado y en el lugar equivocado. No podemos deshacer lo que nos ha pasado.
Sin embargo, el resultado del segundo resultado depende de nuestros pensamientos, palabras y acciones. No es fijo. De hecho, podemos elegir el resultado a nuestro favor. Este es el destino en ciernes y tenemos el poder de sacar lo mejor de la situación. Y el poder que tenemos es sobre nuestra emoción.
Dependiendo de la situación, nuestras emociones pueden manifestarse de varias formas a través de nuestras palabras y acciones.
Si se trata de ira por un malentendido, el tipo temperamental arremete verbalmente contra las personas que perciben que les han hecho mal. Las palabras que usan pueden ser hirientes para la otra parte, ya que dejan que sus emociones los dominen. Pierden su sentido de control y, como resultado, empeoran la situación. Los altercados físicos pueden asegurar. Este es el segundo resultado y llega rápidamente.
Si se trata de una decepción por algo que no lograron, es posible que estén condicionados por su falta de capacidad y se perciban a sí mismos como indignos e indignos. Tales pensamientos autodestructivos quebrarán su espíritu y les harán perder la confianza en cualquier cosa que hagan. Si dejan que tales pensamientos se salgan de control, se llenarán de pesimismo y tendrán una visión cínica del futuro. Este es el segundo resultado y es lento pero insidioso.
Sea lo que sea, debemos mantener la calma y controlar nuestras emociones. Una mala situación solo puede empeorar si dejamos salir la emoción. Un estado de ánimo tranquilo y ecuanimidad nos ayudará a pensar y actuar mejor, haciendo que el segundo resultado sea positivo, ya sea inmediato o posterior.
Sea consciente de nuestros pensamientos, palabras y acciones, ya que pueden crear resultados que pueden ser perjudiciales para nosotros en cualquier situación negativa. El segundo resultado puede ser peor que el primero si no aprendemos a controlar nuestras emociones y reducir nuestras pérdidas. Nuestra emoción es controlable y debemos subyugarla a nuestra mente consciente mediante un esfuerzo consciente. Esto no es fácil de hacer, ya que nuestras emociones están profundamente arraigadas en nuestra mente subconsciente y esperan abalanzarse sobre nosotros cada vez que se desencadena por algún estímulo externo. Nuestras reacciones provienen de nuestra emoción que nos empuja a decir o hacer cosas sin pensar en las consecuencias. Nuestra mente subconsciente es mucho más rápida para reaccionar ante cualquier situación dada en comparación con nuestra mente consciente. Esto se debe a nuestra emoción.
La única forma en que podemos pensar más rápido que nuestra emoción es sabiendo conscientemente que con cada situación, hay dos resultados. El primero es el destino: las cosas suceden por una razón y el segundo es el destino: podemos elegir nuestra respuesta.
Los Cuatro Pilares del Destino, una rama de la Astrología China, nos enseña la diferencia entre suerte y destino. Al elegir nuestras respuestas basadas en mentes racionales, tenemos el poder de decidir cómo resultará el segundo resultado en cualquier situación dada. Para crear tu propio destino, debes conocer tus elementos útiles y los Dioses útiles basados en tu carta natal. Por favor visítenos en bazidestiny.yolasite.com.