Venus en Capricornio en oposición precisa con la Luna Negra Lilith en Cáncer. La predominación puede sentirse a lo largo de unos tres días. Júpiter, de manera retrogrado, se está aproximando a Lilith nuevamente, su conjunción va a ser precisa el 1 de diciembre. Lilith está activa, vino desde su desierto para enseñarnos nuestras conmuevas reprimidas y lo que podríamos llamar la «furia femenina». La oposición con Venus en Capricornio nos ordena a trabajar con esta energía en nuestras relaciones sin proyectarla hacia fuera. En nuestra cultura la Diosa Obscura fué negada y las conmuevas de furia siempre y en todo momento han desarrollado un terror muy grande en los hombres. ¿Qué es mucho más horrible para un chaval que una novia enfurecida, irracional y también histérica? Si charlas con ellos, es lo que menos saben conducir, eligen mil ocasiones cualquier cosa, que puede semejarnos muy dañina, a tener que confrontar a una mujer enfurecida. Ciertos se ríen (por no plañir), esos que van corriendo, los que se cierran en su casa y ¦descuelgan el teléfono, o los que, siguiendo el aviso televisivo de las compresas, van valerosamente al acercamiento de la fiera armados de barritas de chocolate. No obstante somos agraciadas en el siglo XXI: en la edad media te quemaban, aduciendo posesión mefistofélica, y en el siglo XIX te mandaban a la habitación a reposar los nervios, si no te encerraban de forma directa en un sanatorio (= siquiátrico de la temporada) . En resumen, siempre y en todo momento fué mal visto que una mujer se enfadara al paso que al hombre la furia no era tan criticada: ellos debían matar a las guerras, siempre y en todo momento era preciso el veloz ingreso a la furia asesina.
En este momento Lilith volvió, está por todos lados, demanda desde hace un tiempo su derecho a ser. Es hora de dejar en libertad la furia femenina de manera ritual, segura, para lograr desbloquear nuestra imaginación y poder personal. Lilith es la sexualidad, el poder y la autoafirmación. No es una energía simple, hay que entender manejarla, pero si la reprimimos se transforma en furia, en obscuridad demoledora. En la mitología se transformó en una demonia devoradora de pequeños. Para mí esto representa que, si excluimos a Lilith, destroza nuestra imaginación, nos regresa estériles, sin frutos. Exactamente la misma la decimotercera Hada, que en el cuento de la hermosa yacente, fue excluida de la celebración, se transforma en una maldición: la maldición de no estar lúcida frente todo cuanto somos. Es hora de despertar del sueño de las Hermosas Yacentes y recobrar a la Diosa perdida.
