Por Montserrat Villar (CSIC)*
La creencia en la astrología prosigue muy arraigada en la sociedad. Aún el día de hoy ocasionalmente brincan a sus sucesos instituciones educativas de prestigio que deciden acoger u ordenar tutoriales y congresos aplicados a la astrología, no desde un criterio histórico y crítico, sino más bien para la promoción de las prácticas en teoría adivinatorias. Quizás el misterio de su popularidad está en esa ingrediente sicológica que apela a las conmuevas de la multitud y su necesidad de aferrarse a algo tangible que dé respuestas y dé luz sobre un destino dudoso. En verdad, es destacable la reacción que lúcida entre sus varios seguidores cualquier razonamiento que se presente en oposición a la astrología. Esto con frecuencia va seguido de virulentas acusaciones de dogmatismo infundado, inquisición al amparo de la ciencia, censura intelectual, etcétera.
El mundo que rige la fantasía
Cada mundo del Sistema Del sol rige algunas peculiaridades y heredan esta energía a los signos que rigen. Por poner un ejemplo, Mercurio, el mundo de las comunicaciones, es el regente de Géminis, de ahí que es el signo que mejor sabe expresarse.
El astro que funciona las fantasías, los sueños y las ilusiones es Neptuno, con lo que su energía hace que la gente vean la vida con lentes color de rosa. El signo que es gobernado por este mundo es Piscis.
La astrología no posee base científica: es una estafa
Se realizaron un montón de estudios con metodología científica para estudiar las hipótesis de la astrología, y ni solo una vez s demostraron que los astros influyan en nuestra personalidad (o cuando menos no mucho más que algún otro elemento a la suerte).
Por poner un ejemplo, si fuera verdad que los Leo tienen ciertos aspectos de personalidad, o que los Aries tienen algunas tendencias recurrentes… ¿no se podrían detectar estas coincidencias en la sociedad?
El estafa del horóscopo en el trabajo y en todos los otros puntos
Siento haberte arrollado tu creencia sobre las recetas cotidianas de tu zodiaco… Lo siento pero no son mucho más que palabrería o superstición. Y lo es por la fácil razón de que la ciencia no encontró relación alguna entre la situación de los planetas y estrellas con las cosas que nos pasan a la gente. Fácil y claro.
Estuve intentando encontrar cosas sobre esto y aparentemente no hay ningún estudio científico que pruebe este encontronazo de la situación de los astros en nuestra vida. Eso sí, esta búsqueda me sirvió para darme cuenta de múltiples cosas:
