Indudablemente conoces alguna historia como esta, o quizás te pasó en algún momento: Un individuo se anima a realizar algo que jamás había hecho antes, de qué forma proceder a estudiar a bailar salsa, o iniciar un nuevo estudio, o llevar a cabo un viaje a China, o cualquier otra cosa. Lo realiza, y eso cambia su destino de manera muy efectiva. ¿Esto tiene alguna explicación desde la astrología china? ¿Podríamos comprender precisamente qué sugerir a alguien que realice, para mudar de forma positiva su destino? La contestación, como te imaginarás, es… SÍ.
Los Cinco Elementos: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua, son una sección fundamental del feng shui y asimismo de la astrología china. Más allá de que en la versión del horóscopo chino mucho más habitual solo están los 12 animales: la Rata, el Toro, el Tigre, el Conejo, el Dragón, la Serpiente, el Caballo, la Cabra, el Mono, el Gallo, el Perro y el Cerdo, la verdad es estos son nombres únicamente gráficos, los ladrillos que verdaderamente edifican un horóscopo chino son, de todos modos, los cinco elementos.
La búsqueda de la autorrealización
La búsqueda de la autorrealización es un sendero de búsqueda incesante en la vida. Esta asimismo se muestra como la búsqueda de la trascendencia, la integridad del ser, la alegría, el propósito y el sentido de la vida y actúa en los humanos, frecuentemente responsablemente en determinados instantes de la vida, y no tan responsablemente a otros.
Todos nosotros tiene una brújula interna que guía la búsqueda, si bien en ocasiones nos distanciamos tanto que se ve que no existe. La conexión con esta brújula comienza a perderse en el momento en que desde pequeños comenzamos a socializarnos, adaptándonos a las reglas familiares y sociales para formar parte y ser admitidos en nuestro ambiente.
LA PRIMERA DIFICULTAD
El primer inconveniente provocado al estimar relacionar las dos concepciones es que nos encaramos con una tipología de 12 (astrológica) y una ocho (junguiana). La diferencia reside en que cada elemento astrológico actúa en tres métodos de actividad: cardinal, fijo y mutable. En cambio, Jung divide la modalidad de funcionalidades en 2: extraversión y también introversión. De todos modos -según nuestro Jung dice- en su investigación el primero revela esta división dual, llamándola en primera instancia: activos y pasivos, después reflexivos y también irreflexivos hasta llegar al término definitivo de extraversión y también introversión. Acabado de ahí –al estimar esta división deficiente– agregaría sus 4 funcionalidades. La diferencia entre extraversión y también introversión está dada en el accionar del sujeto en oposición al objeto exterior. En la actitud extravertida, la energía psíquica consciente fluye comunmente en dirección del objeto, pero hay una reacción inconsciente, contraria y segrega, hacia el sujeto. En cambio, en la actitud retraída sucede lo contrario; la persona tiene la impresión de que un elemento opresor desea regularmente afectarla, con lo que procura apartarse de manera continuada. “Todo se abate sobre la persona, que regularmente oprimida por impresiones, si bien no perciba que secretamente está tomando energía psíquica del objeto y pasándola a él por medio de su extraversión inconsciente”(3)
Jung en el final de Tipos Sicológicos apunta la imposibilidad de comprender la esencial de esta predisposición básica original; de ahí que se expone un paralelo biológico. Hay 2 métodos en que las especies animales se amoldan a la verdad: o se reproducen formidablemente con un mecanismo inferior de defensa – como las pulgas, piojos y conejos – o procreando poco y creando vigorosísimos mecanismos de defensa, como el porcoespí y el elefante.