Fuente.
El zodiaco con frecuencia se asocia a contextos inciertos. Generalmente, se tiende a relativizar su valor cultural y se pone en cuestión su papel indiscutible en el avance de la identidad occidental. Si bien a la civilización habitual vinculamos el horóscopo para el autoconocimiento y la predicción del futuro con lo sobrehumano (con todo el enfrentamiento que esto provoca), su valor antropológico es indiscutible. Su simbología estuvo en nuestro ADN desde el principio de los tiempos, de una u otra forma. Además de esto, ha configurado un lenguaje recurrente en la historia del arte. Entre las pinturas mucho más esenciales de Leonardo Da Vinci, La última cena, se edifica sobre la iconografía de la cábala y lleva a cabo su alegato desde la representación de los signos del zodiaco representados en los propios individuos.
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En el momento en que amigos y familiares no científicos me preguntan de qué signo soy, contesto “positivo”. A mi provocación, que no en todos los casos es tomada con humor, le sucede un invariable “dale, no me afirmes que no tienes idea de qué signo sos”. Y desde este punto se despliegan los vértices de una charla cuyos decibelios el tiempo me enseñó a moderar, y cuya pasión es delgada hermana del enfrentamiento político, o aun del espiritual: la lógica de los devotos de astrología es inmune a mis razonamientos científicos.
El primer punto de discrepancia es la iniciativa de que la astrología tiene mucha ciencia. Con variaciones mínimas, el razonamiento se sostiene en que no solo es ciencia lo que se aprende en las universidades, que hay mucha soberbia entre la multitud que tiene títulos científicos y descalifican la astrología sin comprender que de todos modos es una ciencia “diferente de la que estudiaste usted”.
CONSTELACIONES OCULTAS EN LA BIBLIA
En el momento en que procuramos referencias de las estrellas en la Biblia, para tomar este artículo sagrado de ejemplo, podemos encontrar que en especial están en el libro de Job, escrito por Moisés. Moisés escribió los primeros libros bíblicos (con sus fabulosas alegorías), que comentan la creación del Edén, la fuga de los judíos de Egipto, etcétera. Si bien este tema daría para múltiples productos, hay que comprender que Moisés fue faraón egipcio, y como tal tenía entendimientos de magia y también invocación de genios, que enseñaron la Astrología al hombre. Sin alargarme mucho más en este asunto, en tanto que en este momento no viene a cuento, comenzamos a investigar el gancho que exhibe Moisés en el libro de Job:
“Lograras evitar las exquisiteces de las Pléyades, o desatarás las ligaduras del ¿Orión? ¿Sacarás tú al unísono los signos del cielo, o guiarás a Arctur con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas del cielo? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?” Job 38:31-33
Constelaciones zodiacales
El interior del disco está cubierto por una franja donde se sitúan 12 constelaciones zodiacales.
- Aries: Carnero reclinado con cola extendida. Su origen no es mesopotámico.
- Tauro: Representado como un toro, citando a su origen mesopotámico donde se le llamaba Toro de Anu, el dios del cielo.
- Gemelos: 2 figuras humanas cogidas de la mano, una masculina y otra femenina, identificadas como Shu y Tefnut.
- Cáncer: Exactamente la misma las referencias griegas, se representa con un cangrejo.
- Leo: Queda dibujado por un león de enormes dimensiones cuya cola está sosten por una figura femenina. Se estima que los egipcios representaban ahora esta constelación como un león.
- Virgen: Figura femenina que sosten una espiga, es de origen babilónico. La espiga se refiere a la estrella mucho más refulgente de la constelación.