Año 20 Número 76 – Marzo 2022
Por Leandro Abaroa
COMPRAR HOY TU EJEMPLAR
Cuánto no qué signo soy, contesto «positivo». A mi provocación, que no en todos los casos es tomada con humor, le sucede un invariable “dale, no me afirmes que no tienes idea de qué signo sos”. Y desde este punto se despliegan los vértices de una charla cuyos decibelios el tiempo me enseñó a moderar, y cuya pasión es delgada hermana del enfrentamiento político, o aun del espiritual: la lógica de los devotos de astrología es inmune a mis razonamientos científicos.
El primer punto de discrepancia es la iniciativa de que la astrología tiene mucha ciencia. Con variaciones mínimas, el razonamiento se sostiene en que no solo es ciencia lo que se aprende en las universidades, que hay mucha soberbia entre la multitud que tiene títulos científicos y descalifican la astrología sin entender que de todos modos es una ciencia “diferente de la que estudiaste usted”.
Datos, no opinión
No es una sensación ni una moda pasajera: poco a poco más personas creen en la predominación de los astros sobre el accionar humano. Según el informe de la Segunda Encuesta Nacional sobre Opiniones y Reacciones Religiosas en Argentina, efectuada en 2019 por el software Sociedad y Religión en Movimiento del CONICET, una de cada tres personas de este país (33%) cree en la astrología. Y este porcentaje aumentó en los últimos tiempos: en 2008 eran poco mucho más de una cada 4 (25,9%).
¿Qué ocurrió en esta década en el nivel de las opiniones? Entre otras muchas cosas, redujo poderosamente la creencia en Jesucristo, en Dios, el Espíritu Beato, la Virgen, los santurrones, los sanaderos e inclusive en el Gauchito Gil. No obstante, en exactamente el mismo periodo aumentó la creencia en la energía (de 64,5% a 76%). O sea que, mientras que en los últimos tiempos la creencia en religiones organizadas e inclusive en figuras religiosas fue degenerando (solo la creencia en el Demonio se sostuvo permanente en la comparación), el interés en la astrología exhibe una clara inclinación al incremento.
El rabino de Aish responde:
Gracias por tu esencial pregunta. La creencia judía es que la astrología es una fuerza real. Se encuentra dentro de los medios que Dios puso en el planeta para encauzar las fuerzas espirituales hacia el planeta físico (Además de esto esto es que para el judaísmo, no es una fuerza sin dependencia de Dios, ya que no existe determinada cosa). La gente se ven influidas por causantes como el día de la semana en que nacieron y la constelación predominante en el instante de su nacimiento (véase particularmente Talmud, Shabat 156a). En determinado nivel, el zodiaco asimismo dirige las fuerzas que fluyen hacia la tierra en todos y cada instante y tienen la posibilidad de usarse —grosso modo— para adivinar hechos futuros.
Más allá de que la ciencia de la astrología prácticamente se dejó de lado hoy día, las civilizaciones viejas estaban considerablemente más familiarizadas con ella.
Concepto de astronomía
La palabra astronomía procede originariamente del heleno viejo. La conforman 2 expresiones: ‘astron’ que significa estrellas y ‘nombres’ que significa regla u orden.
O sea que la astronomía, desde sus principios, es la ciencia que estudia las leyes que rigen los cuerpos celestes.